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lunes, 25 de junio de 2012
La oscuridad en los cómics de superhéroes actuales
Pues bien, viendo el otro día el documental DCU: El nuevo mundo, que aparece entre los extras de la película animada Liga de la Justicia: Crisis en dos Tierras, se me ocurrieron un par de cosas que bien valen una pequeña reflexión. Al inicio del documental, Dan Didio, vicepresidente ejecutivo y editor de DC Comics, declara que hace unos años intentaron llevar al mundillo de los superhéroes la sensación de terror al contemplar al ejército armado en las calles de Manhattan tras el 11-S. Vamos, que intentaron trasladar a los tebeos el síndrome post 11-S. Esa misma idea es ya, para mí, un error de apreciación: a juicio del que escribe, precisamente los superhéroes como figuras de ficción deben estar por encima de ese "terror" que menciona Didio, y por encima de esas figuras militares. No deben inspirar terror, sino total confianza: deben moralizar, animar, motivar a la gente, darles esperanzas.
Viendo el documental tenía la sensación de que el señor Didio está obsesionado con el 11-S, y por eso sólo quiere superhéroes violentos, militarizados, terroríficos. Así, a fin de cuentas los superhéroes post 11-S resultan ser más oscuros y violentos aún que los de los 90 (que se han estado nombrando como paradigma de tales defectos hasta ahora). Diera la impresión de que nuestros (¿otrora?) amigos encapuchados aún no hayan superado la tragedia del 11-S (fuera provocada por quien fuera provocada, ahí hay teorías múltiples, conspiratorias o no, y ahí no voy a meterme).
Así, Didio, hablando de los superhéroes dice que su función es "cambiar la vida de la gente". Pero ¿por qué cambiara? ¿Quiere la gente que cambien sus vidas? ¿O más bien quiere un poco de tranquilidad y no tanta bipolaridad belicosa? Eso me hizo darme cuenta de que los superhéroes actuales (repito, los de los tebeos) ya no piensan como yo, en su mayoría, porque las mentes que hay tras ellos no piensan como yo. Los superhéroes de mi época, de mi mente, detendrían con sus propias manos la invasión de Irak para acabar con las tensiones mundiales. Éstos no lo hacen. Detalles como ese o el hecho de que no se hayan pronunciado respecto al movimiento Occuppy Wall Street dan actualmente un cierto tufillo fascistoide a estos personajes que, en otra época (la que me tocó vivir de pequeño) representaron en mayor medida valores más reivindicativos socialmente, porque fueron guionizados por antiguos hippies como Neal Adams o Len Wein. Todos recordamos a ese Green Lantern recorriendo EEUU en Jeep denunciando la injusticia social, el racismo y la especulación (levantando del pescuezo a ese tipo de personajes que hoy se sabe que provocaron la Crisis actual en lo económico). Sin embargo, el Green Lantern de hoy no cuestiona ni una sóla orden de sus superiores y el Cuerpo de GL se parece más al de los marines que nunca. De indignado a soldado hay un trecho, y éste ha sido recorrido y sobrepasado por los superhéroes.
Cuando Green Lantern molaba.
Visto de esta manera, el espíritu pesimista y derrotista (el síndrome post 11-S) de gente como Didio, es lo que ha hecho a estos antaño luminosos y esperanzadores arquetipos depresivos y violentos. Pregunta Didio "¿Qué hacer cuando lo has perdido todo, cuando todo en lo que creías ha desaparecido?". Pero yo pregunto ¿qué han perdido? Todo no, eso seguro. Con la guerra que se montó más bien salen ganando. El mensaje de Didio es demasiado derrotista, catastrofista, lo cual genera una cierta paranoia defensiva, militar, una tensión en los personajes que parecen mñas que nunca desquiciados, perdidos, sin identidad.
Se habla también de la historieta Identity Crisis como un "análisis psicológico del superhéroe, una deconstrucción del superhéroe". Personalmente, y aunque me entretuve con la lectura de esa obra, me parece una valoración pretenciosa, pues todo eso ya se hizo en Watchmen, y bastante mejor.
Como síntesis y conclusión de lo dicho, los superhéroes americanos harían bien en ir superando el terrible evento que sacudió al Mundo el 11 de Septiembre de 2001, para volver a alentar a la gente. Pero no parecen superarlo porque están guionizados por personas de carne y hueso que son temerosas. Visto así, los superhéroes hoy en día no están. No existen.
Basta por hoy.
La escena de la violación de Sue Dibny
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